EL MASAJE EN EL DEPORTE


EL MASAJE DE RECUPERACIÓN

 El masaje es un instrumento terapéutico para la rehabilitación de lesiones cuya aplicación adquiere especial relevancia en el ámbito del deporte: la preparación física, el rendimiento deportivo, la prevención y rehabilitación de lesiones


  El entrenamiento es un complejo proceso en el que se deben utilizar todos los factores que influyen sobre la evolución del deportista y su rendimiento, de forma que pueda alcanzar altos resultados deportivos. Entre estos factores situamos el masaje y a sus técnicos (los masajistas) junto al entrenamiento, instalaciones, psicólogos, preparadores físicos, médicos, entrenadores… encuadrando a los masajistas dentro del personal de apoyo como técnicos de intervención continuada, lo cual resalta la importancia de su presencia habitual.

 El masaje además de ser una ayuda para evitar el estado de sobre-entrenamiento, ayuda a la prevención de lesiones. Es una técnica muy utilizada en este sentido, pues acelera la recuperación muscular tras un esfuerzo, previniendo posibles sobrecargas musculares, que a la larga, pueden conducir a una lesión o a una disminución del rendimiento.

 Lo más adecuado es un masaje diario o tras cada sesión de entrenamiento. No todos tenemos el tiempo y el dinero para poder aplicarlo tan a menudo, pero cuando hablamos de deportistas habituales, incluyendo a los aficionados,  deberíamos realizarlo, al menos, una vez a la semana, eligiendo la sesión más dura. Si es así, el masaje ha de ser más profundo para compensar la falta de manipulación. En todo caso todas las personas deberían utilizar el masaje al menos una vez cada dos semanas como método de prevención de lesiones, incluso aunque no realicen Actividades físicas.

COMO FUNCIONA

 Las contracciones prolongadas de los músculos llevan al deportista a un estado de fatiga muscular. Este estado se caracteriza por la incapacidad del proceso metabólico y contráctil de las fibras musculares, para soportar un nivel de esfuerzo. La contracción muscular se debilita por causa del descenso en el aporte de nutrientes y la acumulación de productos de desecho.

 El masaje acelera la reabsorción de toxinas, el retorno venoso y la difusión del ácido láctico a los vasos linfáticos que actúan como conductos de limpieza desde donde pasan a la sangre, que los transportará a los medios corporales adecuados para su eliminación. El dolor provocado por acumulación de catabolitos y la vasoconstricción reduce la capacidad del deportista, por lo que la hiperemia (aumento de irrigación sanguínea) provocada por el masaje facilita la eliminación de sustancias de desecho.


  El masaje estimula la producción de líquido sinovial que es el nutriente de las articulaciones, así cuando existe una sobrecarga en una articulación, al aumentar el flujo de sangre y linfa, favorece el restablecimiento de su función normal. Al mismo tiempo el masaje influye en el estado psicológico del deportista por las características del contacto corporal: reconfortante, calmante, placentero.

 Como su nombre indica, este tipo de masaje se aplica para la recuperación del esfuerzo (para reiniciar la actividad a un alto nivel en un corto espacio de tiempo) siempre que no exista ninguna lesión en el deportista. Es muy importante resaltar este punto ya que para recuperar lesiones habría que emplear otras técnicas, que no son las descritas aquí.

RESUMEN DE BENEFICIOS DEL MASAJE
  • Reduce la fatiga.
  • Reduce el tiempo de recuperación de las capacidades físicas.
  • Disminuye el tiempo para volver a competir o entrenar.
  • Mejora la capacidad de excitabilidad y contracción muscular.
  • Favorece la relajación psíquica, por medio del contacto masajista-deportista.
  • Mejora la tonificación muscular.
  • Aumenta la irrigación sanguínea, y por tanto la oxigenación muscular.
  • Facilita que el deportista concilie mejor el sueño, mejorando el descanso y la recuperación.

CUANDO RECIBIRLO

 Después de la ducha, y aproximadamente una media hora después del entrenamiento, es el mejor momento para este tipo de masaje, cuando el organismo del deportista todavía está caliente, favoreciendo la eliminación de productos de desecho.

 La duración debe ser de unos 30 a 40 minutos, pudiendo ser más si disponemos de tiempo (el tiempo necesario para una buena oxigenación). La velocidad de las maniobras será lenta, ya que favorece la relajación, y la profundidad debe ser de media a profunda, para forzar la liberación de toxinas en los músculos (aunque dependerá del número de sesiones que podamos aplicar cada semana, a menor número de sesiones, será necesaria mayor profundidad). Las manipulaciones se realizan con un ritmo uniforme, sin brusquedades, y manteniendo en todo momento el contacto corporal para aumentar el efecto relajante.


 El masaje de recuperación es un masaje general, no local, aunque eso sí, haciendo especial hincapié en las zonas que han soportado un mayor trabajo físico.

Información proporcionada por nuestra colaboradora Isabel Martínez Moreno, experta en esta, y otras técnicas de masaje y tratamientos.


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